La Petite Symphonie de Charles Gounod (1818-1893) y la Serenata K 361, Gran Partita, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), son las obras que integran el concierto para instrumentos de aliento que presenta la Orquesta Sinfónica Nacional del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.

Charles Gounod recibió en 1885 un encargo de Paul Taffanel, famoso flautista, profesor del Conservatorio de París y amigo cercano del compositor. Durante su estancia en el Conservatorio, Taffanel fundó un grupo instrumental dedicado específicamente a la ejecución de piezas de cámara para alientos y convocó a algunos de los compositores más notables de su tiempo a contribuir partituras para ser ejecutados por la llamada Sociedad de Música de Cámara Para Instrumentos de Aliento. De ahí surgió la Petite Symphonie de Gounod para nueve instrumentos de alientos, que Steven Ledbetter describe como “una evocación en miniatura de una sinfonía clásica completa desde el punto de vista del final del siglo XIX, delicada, evocativa y elegantemente coloreada”. La Petite symphonie fue estrenada en la famosa Sala Pleyel de París el 30 de abril de 1885.

La Serenata nº 10 para alientos en si bemol mayor, K. 361/370a, conocida como Gran Partita de Wolfgang Amadeus Mozart fue escrita entre 1781 y 1782. Las serenatas y divertimentos para instrumentos de aliento de Mozart son consideradas, en ocasiones, como obras menores. Nada más alejado de la verdad. El aspecto desenfadado de algunas de ellas esconde considerables refinamientos y admirables sutilezas. Son, en suma, una de las vías más accesibles a la profunda sabiduría del genio de Salzburgo. La Gran Partita consta de siete movimientos y es quizá la obra más importante jamás escrita para los alientos-madera. Con una inusual combinación de alientos y contrabajo, Mozart creó una de las obras culminantes de su catálogo, una pieza perfecta en cada uno de sus movimientos. El manuscrito original de esta obra demuestra que para anclar el registro profundo de la misma Mozart especificó claramente el uso de un contrabajo.

Algunos textos históricos señalan que Mozart eligió la Serenata K. 361 como la música principal para acompañar la ceremonia de su matrimonio con Constanza Weber, el 4 de agosto de 1782.