La Sinfonía No. 36, Linz, de Wolfgang Amadeus Mozart; el Tríptico Botticeliano de Ottorino Respighi; Sensemayá, en su versión de cámara, de Silvestre Revueltas y los Tres bosquejos latinoamericanos de Aaron Copland, son las obras que presenta la Orquesta Sinfónica Nacional del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, bajo la batuta de Jesús Medina, director huésped.

Originario de Monterrey, Nuevo León, Jesús Medina es desde 2019 el Director Titular de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Con una trayectoria de más de 30 años, Medina ha sido titular de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, de la Orquesta Filarmónica de Querétaro, de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, y de la Orquesta Sinfónica de la UANL (OSUANL) en Monterrey, Nuevo León. Ha compartido el escenario con artistas como Maxim Vengerov, Itzhak Perlman, Shlomo Mintz, Joaquín Achúcarro, Javier Camarena, Pacho Flores, Alexander Markov y Fernando de la Mora. En 2022 se presentará como director huésped en la mítica sala de la Filarmónica de Berlín y con la Orquesta del Estado de Atenas en Grecia, entre otras.

En relación con el proceso creativo de la Sinfonía No. 36, Linz, de Mozart, se sabe que el compositor llegó a la ciudad de Linz con su esposa Constanza el 30 de octubre de 1783 y que al día siguiente le escribió una carta a su padre, en la que le decía:

El jueves 4 de noviembre voy a dar un concierto en el teatro, y como no traigo conmigo ninguna sinfonía, estoy hasta las orejas escribiendo una nueva, que debe estar lista para entonces.

Mozart terminó la sinfonía la víspera del estreno, dando muestras de la asombrosa facilidad que tenía para concebir grandes estructuras musicales y ponerlas ágil y espontáneamente en papel.

La adoración de los Reyes Magos, La alegoría de la primavera y El nacimiento de Venus son las tres pinturas de Sandro Botticelli que inspiran el Tríptico botticelliano de Ottorino Respighi, una de sus más conocidas partituras para pequeña orquesta, estrenada en septiembre de 1927 en Viena y dedicada a Elizabeth Sprague Coolidge, destacada mecenas y patrocinadora de las artes, a quien el compositor italiano conoció en uno de sus viajes a Estados Unidos.

Sensemayá (Canto para matar una culebra) es el poema del cubano Nicolás Guillén en el que Silvestre Revueltas se inspiró para escribir su célebre poema sinfónico, estrenado en 1938. A partir de su interpretación bajo la batuta de Leopold Stokowski en 1945 en Estados Unidos, la obra ganó asombrosa atención internacional.

Aaron Copland visitó México varias veces y cimentó una sólida relación profesional y personal con Carlos Chávez (1899-1978). En el año de 1959, durante una estancia en Acapulco, Copland compuso Dos piezas mexicanas, que en realidad son las piezas segunda y tercera de lo que hoy se conoce como Tres bosquejos latinoamericanos. La creación de estas piezas fue la respuesta de Copland a un encargo del compositor Gian Carlo Menotti (1911-2007) para el Festival de Spoleto en Italia. En el año de 1971, a petición del director André Kostelanetz, Copland compuso el Estribillo, basado en materiales venezolanos. Los Tres bosquejos latinoamericanos, fueron estrenados por el propio Kostelanetz en junio de 1972 en uno de los conciertos Promenade de la Filarmónica de Nueva York.