Es la agrupación musical más representativa de nuestro país. Su primer antecedente es la Orquesta Sinfónica de México, fundada por el maestro Carlos Chávez en 1928. A partir de la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en 1947, la Sinfónica de México se convirtió, primero, en Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música y, finalmente, en la Orquesta Sinfónica Nacional. Ha obtenido diversos reconocimientos, como la nominación al Grammy Latino 2002 al “Mejor álbum clásico” y el premio Lunas del Auditorio Nacional como “Mejor espectáculo clásico en 2004”.
La han encabezado, entre otros, José Pablo Moncayo, Luis Herrera de la Fuente, Eduardo Mata, Sergio Cárdenas, José Guadalupe Flores, Francisco Savín, Enrique Arturo Diemecke, Carlos Miguel Prieto y Ludwig Carrasco. La han dirigido también figuras legendarias como Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, Pierre Monteux, Leonard Bernstein, Igor Stravinski, Georg Solti, Aaron Copland, Krzysztof Penderecki, Otto Klemperer, Sergiu Celibidache, Heitor Villa-Lobos, Erich Kleiber y Charles Dutoit. Entre los solistas que se han presentado con ella figuran varios de los más grandes músicos de nuestro tiempo, como Arthur Rubinstein, Henryk Szeryng, Claudio Arrau, Yo-Yo Ma, Mstislav Rostropovich, Itzhak Perlman, Jessye Norman, Frederica von Stade, Kiri Te Kanawa, Francisco Araiza, Plácido Domingo y Joshua Bell, por nombrar sólo algunos.
Su trayectoria internacional es muy amplia. Participa en forma continua en importantes festivales nacionales como el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México, el Festival Internacional Cervantino y el Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez.
Fue designada para ofrecer el concierto por la “entrada del milenio” en compañía del tenor Ramón Vargas, en la Plaza de la Constitución. Ha realizado giras a diferentes países, donde ha obtenido siempre grandes éxitos. Sobresale su constante apoyo para difundir el repertorio sinfónico mexicano y latinoamericano.
Entre sus giras internacionales destacan las realizadas a Europa en 1992, 2008 y 2016, generando las más entusiastas ovaciones del exigente público europeo.
La OSN inicia una nueva etapa en la que, además de su actividad artística, se replanteará su ámbito y alcance social. Ello conlleva no sólo un enfoque específico en su programación, sino también el diseño y aplicación progresiva de nuevas estrategias de enlace y colaboración con su entorno musical y general. A través de la excelencia artística y de sus actividades, al tiempo que se nutre de su gran tradición e historia, debe renovarse y convertirse en la agrupación que marque el pulso orquestal y musical de la nación, y ser una institución acorde con las necesidades sociales y culturales específicas del México actual.