La violista Dana Zemtsov debuta como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), presentarán el viernes 15 de noviembre a las 20:00 h y domingo 17 a las 12:15 su programa Vida e inmortalidad en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Bajo la dirección de Ludwig Carrasco, la OSN ofrecerá un programa con los Solistas Ensamble de Bellas Artes y la violista Dana Zemtsov como invitados especiales.
Zemtsov es considerada una de las violistas más prometedoras de su generación. La revista Gramophone ha elogiado su forma de tocar como “tan perfectamente afinada, tan variada en color y con distancias tan considerables en los intervalos entre las notas, que se te perdonaría si llegas a pensar que sonaba más como una orquesta de cámara”.
El programa comienza con Elegía, de Gabriela Ortiz, compositora mexicana con mayor proyección internacional en la actualidad, seguido por el Concierto para viola, Op. póstumo, que será interpretado por Dana Zemtsov.
El concierto le fue encargado a Bartók por William Primrose (1904-1982), quizá el violista más notable de su generación, y el compositor inició el trabajo en la primavera de 1945, año que habría de ser el último de su vida.
En la segunda parte del concierto, la OSN interpreta el Salmo 150, de César Franck, en donde tendrán participación los Solistas Ensamble, dirigidos por Christian Gohmer.
La parte coral del Salmo 150 de Franck, escrita sobre la versión francesa del texto, se inicia con varias invocaciones del Aleluya, y la traducción literal al castellano de la primera frase del salmo dice así: “Alabad al señor, oculto en sus santos tabernáculos”. En contraste con el vigor y el fuego de la versión de Anton Bruckner al Salmo 150, la de Franck se mueve en un ámbito expresivo más bien contenido y devocional.
Por último, la agrupación musical del INBAL presenta la Sinfonía núm. 7, Op. 92 en La mayor, de Ludwig van Beethoven, probablemente la más bella de las sinfonías del compositor.
En el año 1850, casi 40 años después del estreno de la obra, Wagner escribió esto: “La Séptima sinfonía de Beethoven es la alegría, que con una omnipotencia orgiástica nos lleva a través de todos los espacios de la naturaleza, de todas las corrientes y los océanos de la vida, dando voces de alegría y consciencia por donde caminamos al ritmo audaz de esta danza humana de las esferas. Esta sinfonía es la apoteosis de la danza, la mejor realización de los movimientos corporales en forma ideal”.
Beethoven inició la composición de la Séptima sinfonía en 1807 y la terminó en el verano de 1812. El estreno se llevó a cabo en la Universidad de Viena el 8 de diciembre de 1813 bajo la batuta de Beethoven.